
¿Cuál es la diferencia entre alabanza y adoración?


Estos dos conceptos son muy importantes en nuestra vida cristiana, debido a que con ellas alabamos y bendecimos el Santo nombre de Jesús,pero existe mucha confusión en este término, ya que ambas tienen la finalidad de exaltar su grandeza.
La alabanza es un acto de gratitud por todo lo que Dios hace en nuestras vidas, además porque Él es el único de recibirla.


Cuando alabamos a Dios le estamos dando el lugar que le corresponde, le estamos honrando y le estamos glorificando.
La alabanza puede ser por medio de un escrito, puede ser a través de la oración o la más conocida por medio de las canciones.
Algunos ejemplos de alabanza son los siguientes:
“Señor, ¡Qué grande eres!”; “¡Qué bueno es el Señor!”
¡Cuán grande es Él!”; “¡Grande eres tú!; ¡Grandes son tus obras!”; “¡Tu fidelidad es grande!”; etc.
Alabad a JAH, porque él es bueno; cantad salmos a su nombre, porque él es benigno. (Sal. 135:3)
Alabar es “elogiar, celebrar con palabras”.
Alabamos al Señor por sus muchas y maravillosas virtudes, sea de forma directa: “Señor, ¡qué grande eres!”; o de forma indirecta: “¡Qué bueno es el Señor!”
Pero ¿es así como se está usando la palabra “alabanza” cuando se habla de “líderes de alabanza” o de “tiempos de alabanza”? Pues, a veces, sí, y otras veces, no, ¿verdad?
La palabra adoración (proskuneo) es“postrarse delante” o “arrodillarse delante”. La adoración es un actitud del espíritu.

La adoración es un encuentro profundo con el Señor, con su Espíritu.
A través de ella puedes encontrar a Dios, sentir su abrazo y sobre todo descansar en su presencia.
Adorar significa postrarse ante Él y en ese momento le estas diciendo que sin su presencia no eres nada, que Él es más grande que cualquier cosa. La adoración viene de lo más profundo de nuestro corazón.
Según la Biblia, adorar a Dios es responder a todo lo que es Él con todo lo que somos nosotros.

Cuando adoramos, no estamos haciendo algo en un vacío; estamos respondiendo a algo. ¿A qué? Pues, a Dios, a todo lo que nos enseña su Palabra acerca de Él. Y hacemos eso con todo lo que somos y con todo lo que tenemos. Eso es adoración.
¡La adoración es mucho más que solo algo que hacemos en la iglesia!
Juan 4:23-24 (RVR1960)
Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
Este versículo nos habla que no solo le adoremos con palabras sino con toda nuestra vida, con toda el alma y con todo el espíritu.
Podemos adorarle por medio de la alabanza, en la oración, en la lectura de la Biblia en todo momento.


Entonces, podemos deducir que la abalanza va acompañada de la adoración, la única diferencia es que en la adoración entregas todo y la alabanza puede ser un medio por el cual puedes adorarle.
Este versículo nos habla que no solo le adoremos con palabras sino con toda nuestra vida, con toda el alma y con todo el espíritu.
Podemos adorarle por medio de la alabanza, en la oración, en la lectura de la Biblia en todo momento. Como dijo el Señor Jesucristo a aquella mujer samaritana, el Padre busca verdaderos adoradores que le adoren.
A fin de cuentas, él nos creó, nos dio la vida, para eso: para que le adorásemos; y nos salvó para que lo hiciéramos “en espíritu y en verdad”. ¡Que el Señor encuentre en nosotros los adoradores que él anda buscando!